Descubre cómo nació WorkArt.

No es sólo el objeto lo que sorprende, sino la capacidad de descubrir lo extraordinario en lo aparentemente cotidiano. La habilidad de ver belleza donde otros no la ven no siempre es fácil. Las hermanas Castaño-López lo hacen con mucha naturalidad.

Si estuviste con nosotros en Milán, quizá te sorprendió la fuerza visual de estos objetos que parecían obras de arte, pero cuyo origen es más modesto de lo que su estética podría sugerir. Además de formar parte de la escenografía de nuestro stand en el Salone, estos elementos estaban acompañados de una reflexión profunda. ¿Somos capaces de reconocer la belleza en lo cotidiano, en lo industrial, en lo residual? ¿Cuánto influye el origen de un objeto en nuestra percepción estética de él?

La mirada creativa de Esther y Elena Castaño-López es inquieta, curiosa. De ahí su capacidad para “encontrar objetos” (piezas que en principio eran fragmentos de los procesos de producción) y transformar su significado.

Cada una de estas piezas tiene una historia que va más allá de su función original. Los restos de cartón, las marcas y capas de pintura sobre las superficies, las estructuras de metal utilizadas para el lacado de productos… ahora emergen como pinturas y esculturas. Lo que en su momento fue un simple residuo, se convierte en una creación cargada de intención. Lo accidental se convierte en arte cuando se decide verlo así.

Así pues, no solo es una reinterpretación de lo material, sino también una invitación a cambiar nuestra forma de ver lo que nos rodea.

Si no pudiste acompañarnos, hoy queremos ofrecerte una mirada más cercana a estas piezas únicas. Descúbrelas en su contexto original (la fábrica) y fuera de él, donde adquieren un nuevo significado y valor

Este es un viaje visual que, además de desafiar nuestra percepción, nos invita a cuestionar los límites de lo que se considera estético, dependiendo de dónde y cómo se exponga.

Soporte metálico para elevar los productos durante el proceso de lacado.

Gotas de pintura se han superpuesto, formando una piel cromática que revela el paso del tiempo y la huella del trabajo manual.

Este soporte se usaba para aplicar el barniz final después del lacado.

Con el tiempo, las capas translúcidas han goteado formando esculturas tan accidentales como impactantes.

Un contenedor de pintura reutilizado como recipiente escultórico.

Su forma industrial y el desgaste del uso cotidiano le confieren una presencia poderosa, casi totémica, que trasciende su función original.

Restos de cartón procedentes de los procesos de lacado.

Pinceladas aleatorias, marcas y roturas propias del uso continuado, y también con una abundante carga matérica generada en la sección de pulimento aplicación tras aplicación.

Estas muestras únicas capturan el día a día de nuestro taller.

Cada cartón se utilizó para purgar y limpiar las pistolas de lacado antes de cambiar de color, un gesto rutinario que deja un rastro cromático espontáneo.

Restos de cartón procedentes de los procesos de pulimentado.

Su pátina, formada por salpicaduras acumuladas con el tiempo, da lugar a composiciones abstractas no intencionadas, matéricas y cargadas de expresión.

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Créditos

Diseño gráfico por Estudio Sancal.
Diseño y desarrollo web por Sixtudio.
Graphic design por Estudio Sancal.
Web design and development bÿ Sixtudio.

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